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Presentación de Andrés Medina Hernández 

La danza del guajolote en una comunidad maya yucateca 21-06-15

El pasado viernes 19 de junio de 2015, el Dr. Andrés Medina Hernández presentó en el Taller Signos de Mesoamérica sus reflexiones en torno a una ceremonía en Yucatán, donde el personaje principal era el guajolote.

          Investigando, nos enteramos que Según Eduard Seler: “El guajolote frente al fuego representa el elemento del agua, y como tal se convierte en la imagen de la luna frente al águila, que es la imagen del sol.”[1]; además que en la sierra de Jalisco se cuenta una versión mítica del guajolote como nombrador del Sol. Según se dice, en el tiempo sin tiempo, en la aurora:

 

los animales primigenios estaban admirados ante el primer amanecer, y cómo se preguntaban por el nombre que tendría el destinado a alumbrar cotidianamente desde el cielo. Ninguno de los animales mencionó el nombre del astro, hasta que el guajolote se atrevió a hacerlo y dijo: “Se va a llamar Sol”. Como respuesta violenta a la intervención del guajolote, los demás animales arrancaron la piel a una serpiente y se la colgaron del cuello. Desde entonces el guajolote tiene esas carnosidades peculiares.[2]

 

       En algunas versiones del mito de Juan López, uno de los reyes subterráneos, uno de Chiapas, el guajolote aparece como protector del rey indio, identificado con el Sol. [3] Según cuentan en la zona de los Altos:

 

Cuando apareció el ejército enemigo, Juan se detuvo en medio de la multitud y sin más, comenzaron a sonar los disparos. Estaba arremangado hasta la rodilla, la pantorrilla hundida en el lodo del camino;  el sombrerito que llevaba ya estaba arrugado, viejo, y en la mano derecha traía una vara de carrizo, de jalal (bastón). Pero ninguna bala pudo tocarlo, porque el guajolote, que se había cubierto con chalchihuitl, extendió sus alas y cubrió al Rey para que no lo hirieran. [4]

 

      En distintos mitos mesoamericanos encontramos al guajolote como uno de los principales actores, en los rituales, también.

       Ese fue precisamente el aspecto que abordó el Dr. Andrés Medina Hernández en su presentación. Hizo una descripción de la Danza de los Pavos, realizada en el marco de la fiesta patronal de Dzitás(Yucatán). Fueron destacados dos elementos importantes de la fiesta: 1) el lugar que correspondía a aquella danza en el complejo ritual de la fiesta, donde lo que aparece es la presencia real y simbólica de otros animales, y 2) su participación en el ciclo ceremonial comunitario anual, donde destaca la complejidad del ciclo ritual desarrollado por el gremio responsable de su organización.

 

 Los invitamos a ver la sesión y formarse su propia opinión. Esperamos sus comentarios.

 

 

[1] Eduard Seler, Las imágenes de animales en los manuscritos mexicanos y mayas….p. 201.

 

[2] Alfredo López Austin, “Mitos y hombres”, en El conejo en la cara de la luna, México, Conaculta, INI, 1994. P 26

 

[3] Alfredo López Austin, Alfredo, “Los reyes subterráneos”, en Nathalie Ragot, Sylvie Peperstraete et Guilhem Olivier La Quête du serpent à plumes.Arts et religions de l’ Amérique précolombienne. Hommage à Michael Graulich, París, Brepolis, 2012. Es autor identifica a Juan López como uno de los dioses solares durante el periodo colonial. Para él ser rey de los indios significa ser Sol.

 

[4] Domingo Gómez Gutiérrez, Jwan Lopis, Bats’il ajaw. Juan López héroe Tzeltal, México, INI, 1996. 

 

 

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Presentación de Sergio Gómez Chavez

16 de mayo de 2014 

"El descubrimiento y la exploración del túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán. Premisas de investigación y primeros resultados"

Para los pueblos mesoamericanos que encontraron los españoles a su llegada al Nuevo Mundo Teotihuacán era un mito y una realidad. Obviamente para los viajeros que atravesaban por aquellas tierras llanas, las pirámides y muchas de las construcciones que todavía se podían ver eran sagradas, porque habían sido hechas por la gente de antes, por los “gigantes” en los tiempos inmemoriales. “Teotihuacán [era], pues, el lugar del nacimiento de una nueva era, la del Quinto Sol, cuando la humanidad fue regenerada y nuevos luminarios emprendieron su curso por el cielo. Los mexica dieron al lugar el nombre de Teotihuacán que significa, en náhuatl, “el lugar de los dioses” (Von Winning, 1971:14). O dónde se hacen los dioses, o las grandes historias…Como las del Proyecto Tlalocán dirigidos por Sergio Gómez, quien en 2002 comenzó los trabajos de conservación del Templo de la Serpiente Emplumada, sin imaginarse siquiera lo que iba a encontrar. 

     Los primeros hallazgos condujeron al equipo de arqueólogos a un sistema de drenajes clausurado intencionalmente por los teotihuacanos de forma ritual. En ellos se encontraron ofrendas y entierros. Según nos contó el arqueólogo Sergio Gómez el 16 de mayo de 2014, el día  de su presentación en el Taller “Signos de Mesoamérica”, se encontraban reconstruyendo el piso de dichos drenajes:

 

No podíamos evitar que el agua cayera en la Ciudadela, pero lo que sí se podía hacer era eficientar el sistema de drenaje…Estábamos en eso, cuando un día 2 de octubre de 2003…nos avisan que se ha hecho un agujero en la excavación…No sabíamos de qué se trataba, llegamos al lugar…y nos percatamos de está oquedad…(señala la pantalla que tiene detrás), de más o menos 83 cm. de diámetro, que se había formado por toda la lluvia…Rápidamente delimitamos el área y le pedí a mis trabajadores que consiguiéramos unas cuerdas y unas linternas, entonces despejamos un poco la tierra que se había caído…Logré descender hasta el fondo de esta oquedad…a 14 metros de profundidad…y es cuando me percato de la existencia del túnel…

 

…La arqueología, ciencia rica en hazañas producto de un corazón de aventurero y de la paciencia de un estudio juicioso, pero, principalmente, de ese hilo misterioso que es el azar. 

           Cuando Sergio Gómez alumbró uno de los recovecos de las paredes del fondo del agujero, se dio cuenta que un halo de luz se filtraba muy lejos…106 metros, donde, hasta la fecha,  se han encontrado cerca de 70 mil objetos, desde bastones de mando hasta ofrendas y semillas, pasando por esqueletos de jaguares y extrañas esferas metálicas de distintos tamaños, “que hubo quién  aseguraba que eran huevos de extraterrestre por los que volverían en 2012... pero ya era 2014 y nada...” Nos dijo entre risas Sergio, la mañana que nos tomaron esta foto,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 lleno de felicidad, el día que nos llevó a conocer más de su empresa romántica de hundirse en la profundidad de todas las épocas de Teotihuacan, y nos habló de su ambición de recorrer la amplitud de aquella tierra desde lo profundo de sus entrañas. 

      El proyecto Tlalocan ha pasado a la historia de la arqueología. Al lado de Heinrich Schielmann, Howard Carter, John Lloyd Stephens, Alberto Ruz, Eduardo Matos, Antonio Caso, Rubén Cabrera…entre otros, ahora figura el nombre de Sergio Gómez Chavez.

       Los invitamos a ver la presentación, formarse su propia opinion y enviarnos sus comentarios. 

 

 

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