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El objetivo principal del Taller "Signos de Mesoamérica"  es constituirse en un foro de exposición y debate científico entre académicos interesados en temas relativos principalmente a la tradición mesoamericana; se ha tenido por guía la integración de un numeroso conjunto de miembros suficientemente heterogéneo como para producir un rico intercambio de ideas. Con este propósito, el Taller se inició con la convocatoria a investigadores y profesores de muy distintas instituciones de investigación y educación superior: la propia Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Antropología e Historia(INAH), el CIESAS, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, la Universidad Iberoamericana, etc. Dentro de la UNAM la invitación fue extendida a las diversas especialidades del propio Instituto de Investigaciones Antropológicas, el Instituto de Investigaciones Históricas, el Instituto de Investigaciones Sociales, el Centro de Estudios Mayas, la Facultad de Filosofía y Letras, etc. 

 

 

 (3er viernes de cada mes)

Presentación de Saúl Millán Valenzuela
21-08-2015

"Continuación de la polémica sobre los conceptos "cosmovisión" y "ontología"

El pasado 21 de agosto el Dr. Saúl Millán Valenzuela presentó una ponenecia intitulado: "La alteridad permanenente: cosmovisiones indígenas y teorías antropológicas". En respuesta de aquella conferencia, el pasado 24 de septiembre el Dr. Alfredo López Austin presentó, dentro del Congreso Interno del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, una ponencia intitulada: "Continuación de la polémica sobre los conceptos "cosmovisión" y "ontología".

OPINIONES

 Érik Velasquez Garcia 2.10.15

 

 

Pues yo sigo sin ver la ventaja de usar un término filosófico: "ontología", para desempeñar el trabajo de un antropólogo o etnólogo. A mi me satisface bastante el término "cosmovisión" y no he sentido la necesidad de usar otro.  

Al menos por lo que respecta a mi, no me siento capacitado para usar los términos "ontológico" u "ontología", pues no soy filósofo. Y siento que de usar esos términos con toda seguridad no los estaría utilizando con propiedad, ni rigor, ni con conocimiento de causa, y sólo los estaría vulgarizando o caricaturizando.

Hablo sólo por mi mismo y, desde luego, no descarto que haya antropólogos que tengan una preparación filosófica suficiente. Pero prefiero no hablar de "ontologías", pues sentiría que estoy invadiendo un ámbito que no conozco ni medianamente bien -todo lo desarrollado desde Parménides de Elea hasta las corrientes filosóficas actuales- y sería irresponsable de mi parte meterme en lo que no domino.

Ya de por sí las otredades amerindias que estamos tratando de explicar son demasiado complejas y difíciles de entender, como para complicarme más el panorama al hacerme responsable de las consecuencias de usar términos filosóficos.

Ante mi incapacidad por saber si los antropólogos actuales están usando adecuadamente o no el término "ontología", al grado que sus contrapartes filósofos puedan considerarlos como interlocutores, prefiero de plano evitarlo. No lo veo necesario, al menos que alguno de ustedes me convenza de lo contrario.

 

 

 

 

 

Saludos cordiales.

Carlos Mondragon 26.9.15

 

   Desconozco el texto de Saúl, pero la idea de que el "perspectivismo", erróneamente elevado a sinónimo de "ontologismo", o sea de la propuesta del giro ontológico en general, descansa en la argumentación de otredad radical es incorrecta y ha pasado a generar una caricatura de la propuesta ontologista. El giro ontológico, primero y antes que nada, emana de la crítica radical no de un "cánon occidental" estereotipado (mismo que correctamente critica Alfredo), sino en una crítica EPISTEMOLÓGICA radical que llama a tomar conciencia de la manera en que se genera el conocimiento antropológico. En este sentido no está reivindicando a ningún "otro" - para muestra, basta con señalar la cantidad de trabajos de corte ontológico que se centran en sociedades plenamente urbanas, mestizas, occidentales, e idiosincrásicamente 'modernas'. El giro ontológico somete a crítica radical la premisa paradigmática de que el conocimiento antropológico consiste en la traducción e interpretación objetiva (es decir científica) de los significados culturales (las 'representaciones') de otras sociedades, con base en UNA sola realidad empírica y universal. Es un equívoco lamentable seguirse enfocando en que el meollo del giro ontológico es la alteridad radical. Lo que propone el giro ontológico es la co-producción del conocimiento antropológico a partir de una labor etnográfica que genere nuevos conceptos y términos analíticos a través de una síntesis creativa de trabajo de campo y pensamiento crítico, propio del antropólogo, no de un "otro" reivindicado. Desafortunadamente, ya son varios años en los que ni los defensores ni los detractores del ontologismo en nuestro gremio académico están discutiendo las propuestas del giro ontológico: desconzoco el por qué, pero me sospecho (por lo que leo y escucho) que se debe a una lectura muy estrecha y muy limitada de las numerosas publicaciones en las que se discuten las propuestas y limitaciones del giro ontológico.

Presentación de Daniel Flores Gutiérrez

 Aspectos astronómicos de las celebraciones del Fuego Nuevo surgidos de la astronomía teotihuacana

 

 

“¿Se puede ligar esta práctica (de la celebración del Fuego Nuevo), tanto de observación del cielo, como religiosa, con una distancia tan grande entre Teotihuacan y Tenochtitlan?”, ésta fue la pregunta leída a manera de introducción por el Dr. Alfredo López Austin el pasado viernes 18 de septiembre; donde el Maestro Daniel Flores Gutiérrez presentó una interesante conferencia intitulada “Aspectos astronómicos de las celebraciones del Fuego Nuevo surgidos de la astronomía teotihuacana”.

    El maestro nos explicó que el propósito de su presentación era hacer una revisión de estos aspectos astronómicos en el mundo mesoamericano, porque, según él, se podía observar que iban permeando diferentes regiones mesoamericanas.

Según el expositor, existen varias evidencias de que los teotihuacanos practicaban la observación de la bóveda celeste; uno de los ejemplos que nos mostró fue el plano del centro ceremonial teotihuacano, el cual fue construido aplicando técnicas matemáticas y astronomicas para determinar su meridiano y la división de los polos geográficos.

     Nos comentó que todo surgió a partir la invitación que le hicieron para participar en el “Proyecto Tlalocan”, equipo que encontró frente a la pirámide de la Serpiente Emplumada un tiro con alrededor de 83 centímetros de diámetro y una profundidad de 13 metros. Daniel Flores propuso que la teoría para su interpretación es que, posiblemente, el tiro había sido utilizado como un observatorio o un instrumento astronómico, pues se encontraba en las cercanías del paso cenital. Para sustentar su opinión citó varios ejemplos de tiros verticales en dos ciudades mesoamericanas: Monte Albán y Xochicalco. Aunque, no sólo se utilizaban los tiros para la observación del cielo, también las torres, varias de las cuales se encontraban en la Península de Yucatán, ejemplo de esto lo podemos hallar en Chichén Itzá.

      Además, nos habló de la cuestión de la cuenta de los días, a partir del uso de dos calendarios mesoamericanos: el de 360 días (tun, xiuhpohualli) y el de 260 (tzolkín, tonalpohualli), el primero funcionando en cuestión a 18 veintenas, y el segundo en 13 veintenas; el primero tenía fines administrativos, el segundo, adivinatorios. Se recurría a la observación del cielo con el objetivo de acomodar el calendario, para ver dónde comenzaba y dónde concluían el ciclo.

      Comparó dos sucesos ocurridos en las mismas fechas: 1) el mes de atlcahualo, celebrado en honor a Tláloc y que marcaba el inicio del año mexica, y 2) la puesta de sol justamente en la cúspide de la Pirámide del Sol el 7 de febrero; Daniel citó que a causa del reacomodo del calendario Juliano por el Gregoriano, el dos de febrero pasó a ser el 7 de febrero; actualmente, si uno va  entre el 7 y el 13 de febrero a Teotihuacan y observa desde la plataforma adosada a la Pirámide del Sol, se dará cuenta que el día siete (como ya se mencionó) el sol aparece en la cima y el 13 cambia ligeramente hacia la izquierda, en la planta del edificio, marcando los “cinco días funestos”, o días del reacomodo del calendario, así como el inicio de un nuevo año.

         En cuestión al calendario de 260 días, hizo la observación de que hay dos fechas en que el sol en el mismo punto: 11 de febrero y 30 de octubre:

 

Si seguimos el sol a intervalo de 260 días…y graficamos ésta curva…resulta que se intersectan éstas dos curvas que coinciden a un solo valor del sol, esto quiere decir la      distancia del sol con respecto al ecuador celeste, esto no es otra cosa más que la latitud de  la tierra…cuando el sol alcanza la declinación de 19 y cacho… es          cuando ocurre el         paso cenital.

 

También, los edificios adosados de las pirámide de La Serpiente Emplumada y de la Pirámide del Sol servían para observar el surgimiento de la constelación de Orión como representativo del Ecuador Celeste, además citó algunos ejemplos de edificios en Mesoamérica en que ocurre lo mismo: el Templo 5 de Tikal, el Palacio de Chichén Itzá, Cantona, los edificios N y P de Monte Albán, de igual manera, en el Templo Mayor de Tenochtitlan se observaba el surgimiento de Orión, pero un poco más inclinado hacia el Templo de Huitzilopochtli, y cuando salía el sol entre ambos edificios en el equinoccio, el astro proyectaba un aro de luz entre éstos.

Otro astro que se observaba era la estrella de la mañana: Venus, asociada con el águila, la flor de cinco pétalos, la tortuga y la mariposa. Venus cuenta con cinco ciclos sinódicos de ocho años, en que sufría una conjunción con la constelación de Orión.

        En Teotihuacan se han encontrado varios elementos que se relacionan con aspectos astronómicos y calendaricos, algunos de éstos fueron: el hallazgo de una tortuga, un monolito con forma de xiuhmolpilli (significado de la anudación de los 52 años), escultura mural (Tláloc alado con ataduras) y un incensario bicóncavo compuesto de tres partes con los extremos trapezoidales: clara alusión a Orión.

De igual manera, citó los hallazgos de Rubén Cabrera: entierros múltiples que se relacionaban con el calendario de acuerdo a su posición y orientación: 18 individuos=meses del año; 8 individuos= ciclos sinódicos de Venus (estos 8 correspondiendo a mujeres), así como números que discurren entre sucesiones calendáricas: cuatro grupos de 20 individuos sobrepuestos sobre el suelo, solo adosados con lodo, cada grupo en alguno de los cuadrantes (norte, sur, este y oeste).

      Por último, Daniel Flores nos mostró imágenes de los caracoles gigantes encontrados en el túnel que pasa por debajo de la Pirámide de la Serpiente Emplumada, indicándonos la clara asociación con dos elementos: Venus y Tlaloc.

También nos presentó su más reciente libro (en el que participó como coordinador): Legado Astronómico, publicado por la UNAM en 2011, en él se hace un abordaje histórico de la astronomía en México, con la participación de 37 autores de diversas disciplinas (astronomía, historia, antropología, matemáticas, etc.); el libro está dividido en tres partes; la primera recorre la historia de la Colonia hasta la cámara Schmidt, telescopio instalado en 1942 en Tonantzintla, Puebla; la segunda parte está dedicada a los precursores de la astronomía en México; por último, el tercer capítulo aborda el tema del desarrollo de la astronomía entre las culturas mesoamericanas.[1]

         Los invitamos a ver la sesión y a formarse su propia opinión. Esperamos sus comentarios.

 

[1] Daniel Flores Gutiérrez, J., Margarita Rosado Solís y José Franco López (coord.), Legado Astronómico, México, UNAM, 20011, 250 p.

 

Presentación de Saúl Millán Valenzuela  

 21-08-15 

La alteridad permanente: cosmovisiones indígenas y teorías antropológicas

 

 

Saúl Millán no quería entablar una polémica conceptual, nos lo dijo desde el principio, sólo quería mostrar una forma distinta de comprender la visión del mundo de los indígenas. Para ello, confrontó la noción de Ontología y la noción de Cosmovisión. Para Saúl Millán todos los hombres tienen un punto de vista y, por lo tanto,  toda visión del mundo es una perspectiva del mundo.

                 El Perspectivismo nos muestra la forma en que los nativos conciben el mundo, el cual se rige por otras categorías al tratar de comprender al otro, no sólo en el nivel de la alteridad, sino en los diferentes niveles de la cosmovisión. El mundo de los indígenas se compone a través de un orden social, construido por infinidad de estructuras internas como externas, aunadas a las relaciones interétnicas entre otras culturas. Las teorías indígenas del universo, nos dice Millán, pueden entenderse como una proposición de la alteridad que se asemejan a nuestras propias teorías antropológicas.

            Las teorías antropológicas que provienen del relativismo cultural y las cosmovisiones indígenas atienden problemas de diversidad. Todo radica en cómo conciben la diversidad en términos diferentes a los nuestros, en este caso la alteridad es variable tanto en la cosmovisión occidental como en las perspectivas de las cosmovisiones amerindias. En los mitos del nativo la relación con el mundo es otra, no es únicamente entre individuos de una sociedad, sino que se amplía con animales, plantas y con seres que habitan en el inframundo, como los dueños de los cerros y otras entidades anímicas.

               Un problema que enfrenta el investigador de las cosmovisiones indígenas, según Saúl Millán,  es que su eje de comparación está en las variaciones del pensamiento religioso. Como alternativa,  propone modificar el eje de comparación y comprender las cosmovisiones indígenas como una forma alternativa de ejercer la Antropología. Este nuevo eje de comparación entre el naturalismo occidental y el animismo indio constituyen un eje de reflexión entre las dicotomías diversidad/unidad y alteridad/humanidad. El ponente concluyó:

 

"No se trata por lo tanto de llevar a cabo estudios sobre los pueblos indígenas, adjudicando a nuestra cultura el privilegio del análisis, sino de reconstruir su propia antropología para situarla en el lugar que le corresponde “Hacer antropología –nos dice Viveiros de Castro- es comparar antropologías."

 

Se levantarón muchas voces para dar su opinión. Una de las que más llamó la atención fue la de Alfredo López Austin, quien agradeció la claridad de la exposición y el respeto al diálogo científico, y dijo presentar una  “variación de pensamiento”. Según el autor de Los mitos del tlacuache, existían muchas coincidencias entre lo que se había dicho y su propia postura. Dijo que él mismo no hacía diferencias entre ciencia occidental y conocimiento indígena, que coincidía con él en el sentido de que todo era cuestión de perspectivas, “pero, también, encuentró diferencias notables”, le dijo a Saúl Millán:

 

-Tú haces una separación tajante entre lo que es propiamente, el mundo de las cosmovisiones, el de los “nativos” y el mundo “occidental”, que tú le llamas, el de la ciencia. Yo no estoy… tan de acuerdo con que haya esta coincidencia ni esta posibilidad de equiparar a la ciencia a lo occidental, y por otro lado no hago esta diferenciación entre poseedores de cosmovisión y  no poseedores de cosmovisión, al contrario, mi concepto de cosmovisión es que todos poseemos cosmovisión…

 

Saúl  Millán Valenzuela:-¿Incluidos nosotros?  

 

[Voces en el auditorio]: -¡Claro…!

 

Alfredo López Austin: -Todos, todos lo poseemos. Entonces, partiendo de la idea de la  alteridad, también tenemos que aceptar que nuestra posición, que establecemos como verdadera nosotros, es una otredad entre un mar de otredades…

 

Así transcurrió la charla, con intervenciones de muchos de los presentes, el Dr. Andrés Medina comentó:

 

-Parte del problema del etnocentrismo está en el prefijo ‘etno’…ahora tiene una connotación de interioridad de lo que a occidente le parece primitivo o lo ‘etno’, la historia y la etnohistoria, la botánica y la etnobotanica… Tenemos una gran cantidad de puntos de vista, pero no creo que sean perspectivismos sino eurocentrismos que siguen vivos…

 

                  Tomaron la palabra Dora Sierra, Marco Buenrostro, Damián González…entre muchos otros de los asistentes, el diálogo se llevó en un ambiente de respeto y se privilegiaron los argumentos claros y precisos.

                   Los invitamos a ver la sesión y a leer el texto que muy amablemente nos proporsionó el Dr. Saúl Millán Valenzuela para su consulta,  y formarse su propia opinión. Esperamos sus comentarios 

 

 

         Roberto Romero Sandoval.

15-08-15

    "El murciélago en la cultura maya". 

            Presentación de Andrés Medina Hernández

21-06-15 

La danza del guajolote en una comunidad maya yucateca

El pasado viernes 19 de junio de 2015, el Dr. Andrés Medina Hernández presentó en el Taller Signos de Mesoamérica sus reflexiones en torno a una ceremonía en Yucatán, donde el personaje principal era el guajolote.

          Investigando, nos enteramos que Según Eduard Seler: “El guajolote frente al fuego representa el elemento del agua, y como tal se convierte en la imagen de la luna frente al águila, que es la imagen del sol.”[1]; además que en la sierra de Jalisco se cuenta una versión mítica del guajolote como nombrador del Sol. Según se dice, en el tiempo sin tiempo, en la aurora:

 

los animales primigenios estaban admirados ante el primer amanecer, y cómo se preguntaban por el nombre que tendría el destinado a alumbrar cotidianamente desde el cielo. Ninguno de los animales mencionó el nombre del astro, hasta que el guajolote se atrevió a hacerlo y dijo: “Se va a llamar Sol”. Como respuesta violenta a la intervención del guajolote, los demás animales arrancaron la piel a una serpiente y se la colgaron del cuello. Desde entonces el guajolote tiene esas carnosidades peculiares.[2]

 

       En algunas versiones del mito de Juan López, uno de los reyes subterráneos, uno de Chiapas, el guajolote aparece como protector del rey indio, identificado con el Sol. [3] Según cuentan en la zona de los Altos:

 

Cuando apareció el ejército enemigo, Juan se detuvo en medio de la multitud y sin más, comenzaron a sonar los disparos. Estaba arremangado hasta la rodilla, la pantorrilla hundida en el lodo del camino;  el sombrerito que llevaba ya estaba arrugado, viejo, y en la mano derecha traía una vara de carrizo, de jalal (bastón). Pero ninguna bala pudo tocarlo, porque el guajolote, que se había cubierto con chalchihuitl, extendió sus alas y cubrió al Rey para que no lo hirieran. [4]

 

      En distintos mitos mesoamericanos encontramos al guajolote como uno de los principales actores, en los rituales, también.

       Ese fue precisamente el aspecto que abordó el Dr. Andrés Medina Hernández en su presentación. Hizo una descripción de la Danza de los Pavos, realizada en el marco de la fiesta patronal de Dzitás(Yucatán). Fueron destacados dos elementos importantes de la fiesta: 1) el lugar que correspondía a aquella danza en el complejo ritual de la fiesta, donde lo que aparece es la presencia real y simbólica de otros animales, y 2) su participación en el ciclo ceremonial comunitario anual, donde destaca la complejidad del ciclo ritual desarrollado por el gremio responsable de su organización.

 

 Los invitamos a ver la sesión y formarse su propia opinión. Esperamos sus comentarios.

 

 

[1] Eduard Seler, Las imágenes de animales en los manuscritos mexicanos y mayas….p. 201.

 

[2] Alfredo López Austin, “Mitos y hombres”, en El conejo en la cara de la luna, México, Conaculta, INI, 1994. P 26

 

[3] Alfredo López Austin, Alfredo, “Los reyes subterráneos”, en Nathalie Ragot, Sylvie Peperstraete et Guilhem Olivier La Quête du serpent à plumes.Arts et religions de l’ Amérique précolombienne. Hommage à Michael Graulich, París, Brepolis, 2012. Es autor identifica a Juan López como uno de los dioses solares durante el periodo colonial. Para él ser rey de los indios significa ser Sol.

 

[4] Domingo Gómez Gutiérrez, Jwan Lopis, Bats’il ajaw. Juan López héroe Tzeltal, México, INI, 1996. 

 

 

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En esta participación se analizó a un grupo de imágenes elaboradas en la época prehispánica por los mayas en las que figuran abejas sin aguijón, desde una triple perspectiva:

1) A través de la información que hoy nos brindan la biología,

2) la historia, y

3) los colmeneros mayas que aún las cultivan. 

 

               Presentación de Laura Elena Sotelo Santos.

22-05-15

                  Kab. La cultura de la miel entre los mayas. 

 

 

                     Presentación de Damián González.

                                          15-04-15

Llover en la sierra. Ritualidad y cosmovision en torno al rayo y la lluvia entre los zapotecos del sur de Oaxaca. 

Al igual que muchas de las regiones indígenas de México, en la zona zapoteca del sur de Oaxaca el Rayo es una de las entidades sagradas más importantes, la cual incide en diversos ámbitos de la vida social. El Rayo se ha convertido en una entidad múltiple o polifacética, ya que se le concibe como dueño del cerro y de sus riquezas, entre ellas el agua, el maíz y casi todas las plantas. 

 

Élodie Dupey García.

20-03-15

"Los colores en los códices prehispánicos del México Central: identificación, material, criterios estéticos, fines simbólicos”.

Presentación de Margarita Valdovinos. 

20-02-15

Los cantos de mitote cora. La complejidad de un arte verbal ceremonial. 

Esta presentación, en su conjunto, nos permitirá comprender en toda su complejidad una tradición ceremonial que ha sobrevivido a través del tiempo. Se abordará la riqueza de los cantos de mitote de los coras

(náayeri) del estado de Nayarit.

César Carrillo Trueba

13-11-14

El poblamiento de América: nuevos datos e hipótesis, viejas controversias. 

Carlos Navarrete Cáceres

17-10-14

Nueva información centroamericana sobre la devoción popular del Cristo Negro de Esquipulas. 

 

María Olvido Moreno Guzmán

19-09-14

“En el taller de los amantecas. Construcción y técnicas para la elaboración del objeto conocido como El penacho de Moctezuma”. 

Presentación de Sergio Gómez Chávez

16-05-2014 

"El descubrimiento y la exploración del túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacán. Premisas de investigación y primeros resultados"

Para los pueblos mesoamericanos que encontraron los españoles a su llegada al Nuevo Mundo Teotihuacán era un mito y una realidad. Obviamente para los viajeros que atravesaban por aquellas tierras llanas, las pirámides y muchas de las construcciones que todavía se podían ver eran sagradas, porque habían sido hechas por la gente de antes, por los “gigantes” en los tiempos inmemoriales. “Teotihuacán [era], pues, el lugar del nacimiento de una nueva era, la del Quinto Sol, cuando la humanidad fue regenerada y nuevos luminarios emprendieron su curso por el cielo. Los mexica dieron al lugar el nombre de Teotihuacán que significa, en náhuatl, “el lugar de los dioses” (Von Winning, 1971:14). O dónde se hacen los dioses, o las grandes historias…Como las del Proyecto Tlalocán dirigidos por Sergio Gómez, quien en 2002 comenzó los trabajos de conservación del Templo de la Serpiente Emplumada, sin imaginarse siquiera lo que iba a encontrar. 

     Los primeros hallazgos condujeron al equipo de arqueólogos a un sistema de drenajes clausurado intencionalmente por los teotihuacanos de forma ritual. En ellos se encontraron ofrendas y entierros. Según nos contó el arqueólogo Sergio Gómez el 16 de mayo de 2014, el día  de su presentación en el Taller “Signos de Mesoamérica”, se encontraban reconstruyendo el piso de dichos drenajes:

 

No podíamos evitar que el agua cayera en la Ciudadela, pero lo que sí se podía hacer era eficientar el sistema de drenaje…Estábamos en eso, cuando un día 2 de octubre de 2003…nos avisan que se ha hecho un agujero en la excavación…No sabíamos de qué se trataba, llegamos al lugar…y nos percatamos de está oquedad…(señala la pantalla que tiene detrás), de más o menos 83 cm. de diámetro, que se había formado por toda la lluvia…Rápidamente delimitamos el área y le pedí a mis trabajadores que consiguiéramos unas cuerdas y unas linternas, entonces despejamos un poco la tierra que se había caído…Logré descender hasta el fondo de esta oquedad…a 14 metros de profundidad…y es cuando me percato de la existencia del túnel…

 

…La arqueología, ciencia rica en hazañas producto de un corazón de aventurero y de la paciencia de un estudio juicioso, pero, principalmente, de ese hilo misterioso que es el azar. 

           Cuando Sergio Gómez alumbró uno de los recovecos de las paredes del fondo del agujero, se dio cuenta que un halo de luz se filtraba muy lejos…106 metros, donde, hasta la fecha,  se han encontrado cerca de 70 mil objetos, desde bastones de mando hasta ofrendas y semillas, pasando por esqueletos de jaguares y extrañas esferas metálicas de distintos tamaños, “que hubo quién  aseguraba que eran huevos de extraterrestre por los que volverían en 2012... pero ya era 2014 y nada...” Nos dijo entre risas Sergio, la mañana que nos tomaron esta foto,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 lleno de felicidad, el día que nos llevó a conocer más de su empresa romántica de hundirse en la profundidad de todas las épocas de Teotihuacan, y nos habló de su ambición de recorrer la amplitud de aquella tierra desde lo profundo de sus entrañas. 

      El proyecto Tlalocan ha pasado a la historia de la arqueología. Al lado de Heinrich Schielmann, Howard Carter, John Lloyd Stephens, Alberto Ruz, Eduardo Matos, Antonio Caso, Rubén Cabrera…entre otros, ahora figura el nombre de Sergio Gómez Chavez.

       Los invitamos a ver la presentación, formarse su propia opinion y enviarnos sus comentarios. 

 

 

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