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Presentación de Enriqueta Lerma Rodríguez "El Nido Heredado. Estudio etnográfico sobre cosmovis

Relatoría de El nido heredado: estudio sobre cosmovisión, espacio y ciclo ritual de la Tribu Yaqui, presentación de Enriqueta Lerma, 19 de agosto de 2016.




El pasado viernes 19 de agosto se llevó acabo la sesión correspondiente al mes de agosto del Taller Signos de Mesoamérica. La presentación estuvo a cargo de la antropóloga Enriqueta Lerma Rodríguez, quien, a manera de sintesis de su tesis doctoral presentó: El nido heredado: estudio sobre cosmovisión, espacio y ciclo ritual de la Tribu Yaqui, presentación homonima del libro publicado por el Instituto Politécnico Nacional en 2014.[1] (Fig. 1)

Enriqueta comenzó planteando dos interrogantes: 1) ¿Qué entienden los yaquis de Sonora por territorio? Y 2) ¿Cómo definen el espacio? Presentó su propuesta teórica basada en el método fenomenológico para el análisis de las “ontologías”, por medio del cual postuló desde la propia dinámica del pueblo Yaqui. Esto le permitió distinguir entre lo óntico (que no es otra cosa que la esencia misma de las cosas, la totalidad de las propiedades internas), con el propósito de entender la dinámica yaqui, generando con ello una ontología. Es decir, cómo se proyectan y perciben las categorías del pueblo Yaqui. Esto con la finalidad de apreciar desde una nueva óptica filosófica y antropológica, lo que ella definió como la “transformación óntica”.


Para poder resolver esta cuestión Enriqueta Lerma hizo uso un par de conceptos: Itom ania (“nuestro mundo”), el mundo definido por los yaquis, que incluye, dentro de sus límites, su particular visión del cielo y de la tierra. El Yo’o ania (“mundo viejo”) es aquella instancia espacial presente, pero es imperceptible por el esquema corporal humano. Sólo la perciben los animales en condiciones normales, el hombre sólo por medios oníricos. Enriqueta nos relató el origen del Itom ania valiendose de la cosmogonía yaqui, con el término Ba’ atnaa’ atéeka[2] ;(“agua sobre el mismo cielo”), y nos habló de un mundo primigenio que tenía el agua sobre el cielo, en desorden, en caos; era un mundo acuático, fecundo en el que existían seres descritos como los ancestros de hombres, animales y objetos, diminutos y peludos llamados Surem (“semillas corazón”), que a la salida del sol se corporeizaron dando como resultado “nuestro mundo”.


La expositora prosiguió con el relato de distintos mitos contemporáneos, recopilados en sus estancias de campo, entre ellos el llamado Bobok o “Cuando el Sapo trajo la lluvia”, mito que narra el origen de las lluvias, todo gracias a un Sapo benefactor que engañó a la lluvia incitándola a la salir de una cueva:


Tras mucho discutir decidieron envair al sapo en su búsqueda, pues sus grandes zancadas haría el camino más corto y la espera más breve. Pero la lluvia no estaba dispuesta a baja de la sierra y mojar el vallle, así que se negó y se guardó en su cueva. El sapo entonces le estuvo suplicando que bajara, pero a cada suplica la lluvia se enojaba más. Una vez cansada de tanto ruego la lluvia no estaba dispuesta a bajar de la sierra y mojar el valle, así que se negó y se guardó en su cueva. El sapo entonces le estuvo suplicando que bajara, pero a cada súplica la lluvia se enojaba más. Una vez cansada de tanto ruego la lluvia engaño al sapo y le dijo: “¡Andale, pues, vete adelantando y ahorita te alcanzo!”. El sapo le dijo que sí, pero no le creyó, hizo como que se adelantaba y cuando vio que la lluvia ya no lo veía desde la entrada de la cueva, se regresó y se escondió. La lluvia se asomó para ver si el sapo seguía afuera, pero como no lo vio decidió ir rápido para alcanzarlo y darle muerte.

Cuando menos se dio cuenta había caminado tanto que ya estaba lloviendo en el valle y los animales estaban muy contentos porque había mojado sus milpas (Lerma Rodríguez, 2014: 52).


Atrajo la atención de Alfredo López Austin la existencia de un paralelismo con el mito del tlacuache, el ladrón del fuego, que en su comentario, le dijo:


…Me llamó la atención tu sapo, que se va a robar el agua, realmente va a producir la lluvia, se la roban, el sapo bobok, entre los yaquis, se roba pero el fuego, acuerdate de este lado que hace el tlacuache, se roba el fuego, pero también se roba el elemento opuesto al fuego, que es el más frío que hay, el de la luna, el del agua, que es el pulque, le roba a la viejita que guardaba el pulque, que es la misma vieja que cuidaba el fuego y lo trae a la tierra, están cometiendo un doble robo…(19, 08, 2016: min 35: http://www.ustream.tv/channel/la-construcción-de-una-visión-del-mundo )

Otro mito que destacó por su similitud con Mesoamérica fue el Baakateebe sobre el origen de las sierra, dónde los personajes principales son dos gemelos cazadores, que combaten contra una serpiente, pasando por varias etapas o desafíos, en los cuales uno muere y su abuela se da cuenta, gracias a una caña de maíz que se seca a la mitad. Al final uno de los gemelos logra matar a la serpiente con la boca abierta, gracias al uso de la música y el arco, queda petrificada como la montaña Tenjawei o “Boca abierta”, nombre de una de las montañas de delimita el territorio Yaqui hacia el sur.


La autora también recopiló hagiografías, como la historia de San Juan Bautista, refuncionalizada en ámbito colonial, donde San Juan aparece como “padrino” de Jesucristo. Asimismo, los rituales mortuorios en los que se involucraba en un papel activo a ocho padrinos en el amortajamiento de algún fallecido le sirvió para ejemplificar la imagen que tiene el pueblo Yaqui del ascenso al cielo de Jesucristo.


Continuó con su exposición, con el término Toosa que significa “nido”, entendido como un sistema de organización, pautado por normas emanadas de la “verdad mayor”, que organiza su gobierno tradicional y dota de sentido a los distintos cargos dentro del pueblo, como ejemplo expuso el “Cargo de coyote”, designados por la imposición de pagos de mandas a cuidar del territorio, comprometidos a guardar fidelidad a su pueblo en caso de amenaza.


Prosiguió con una rápida síntesis del ciclo ritual de dos estaciones: de lluvias (frío) Seberia kibake,[3] fiestas relacionadas con el establecimiento del orden mítico, y de secas (calor) Tataria kibake,[4] fiesta dedicada a la Semana Santa, que inicia en la cuaresma, tiempo en el cual se suspendía el orden establecido en todos los ámbitos de la vida, como las actividades cotidianas, de gobierno y médicos.


Finalmente, después de poco más de una hora, concluyó con una muy breve exposición de la comida ritual Bolo, involucrada en ambas fiestas.


Sin duda, está es una exposición difícil de sintetizar en tan breves líneas, por lo que los invitamos a ver la sesión y a formarse su propia opinión. Esperamos sus comentarios.

Figura 1.- Glosario en lengua yaqui repartido por su equipo de trabajo poco antes de iniciar su disertación.

[1] Enriqueta Lerma Rodríguez, El nido heredado. Estudio etnográfico sobre cosmovisión, especio y ciclo ritual de la Tribu Yaqui, Ciudad de México, Instituto Politécnico Nacional, 2014.

[2](Ba’a;-t=sobre; ma’a= mismo; teeka=cielo…). Hace referencia al pasado remoto, al pasado mítico al origen del mundo, cuando todo era agua (Lerma Rodríguez, 2014: 219).

[3] Seberia=tiempo frío; kibake=entrar) Temporada de sequía con frío, entre diciembre y febrero (Lerma Rodríguez, 2014: 221).

[4] Tataria=tiempo de calor; kibake= entrar). Temporada de sequías con calor, entre marzo y mayo (Lerma Rodríguez, 2014: 221).

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